Pará un poquito. Respira hondo. A veces el mundo pesa, ¿no? Las noticias agobian, los problemas parecen un quilombo gigante y es súper fácil sentir que somos una hojita en medio de un viento que nos lleva para cualquier lado. Totalmente comprensible.
Pero, ¿y si te digo que dentro de toda esa vorágine, ahí mismo donde estás sentado, tenés una chispa? Una pequeña luz de poder creador, de magia cotidiana. Esta nota no es un reto, para nada. Es una invitación. Un recordatorio amistoso de que esa chispa que tenés adentro puede iluminar mucho más de lo que creés.
Así que, prepará el mate, ponete cómodo, que vamos a charlar sobre cómo hacer un poquito de magia.
El Primer Paso: Permiso para no ser Perfecto ✅
La principal traba para empezar algo nuevo es la idea de que tiene que ser grandioso o perfecto desde el minuto uno. ¡Y eso es agotador! Así que vamos a darnos un permiso colectivo: El permiso para empezar de a poquito y para que no salga perfecto.
No se trata de construir un puente, se trata de poner un ladrillo. ¿Querés escribir? No pienses en la novela, escribí un párrafo. ¿Querés un jardín? No imagines una selva, plantá una sola semillita en una maceta. Ese primer, diminuto y humilde paso es el acto de magia más poderoso de todos, porque vence a la quietud y le da una patadita cariñosa al miedo.
Sos un Creador/a en Potencia (Aunque no te des cuenta) 🎨🌱
Crear no es solo para los que pintan cuadros o componen sinfonías. ¡Crear es humano!
- Cuando cocinás algo rico con lo que hay en la heladera, estás creando sabor y nutrición.
- Cuando le contás un cuento a un niño, estás creando un mundo entero.
- Cuando arreglás esa silla que renguea, estás creando estabilidad y orden.
- Cuando hacés reír a un amigo, estás creando alegría.
Ves, ¿no? Ya sos un creador o creadora. El truco es simplemente hacerlo de forma un poco más consciente. Pensá en una pequeña cosa que podrías aportar hoy. Quizás es tu habilidad para escuchar, tu fuerza para ayudar con una mudanza o tu talento para hacer el mejor café del barrio. ¡Eso es oro puro!
El Secreto de los Pequeños "¿Y si...?" 🤔💡
Nuestra mente a veces se va para el lado del "¿Y si sale mal?". Es un mecanismo de defensa, pero nos frena. Démosle la vuelta. Empecemos a jugar con los "¿Y si...?" positivos, como si fueran semillas de ideas:
- "¿Y si pinto de otro color la pared de mi pieza?"
- "¿Y si le llevo una porción de torta a mi vecina?"
- "¿Y si aprendo a tocar esa canción que tanto me gusta?"
- "¿Y si organizo unos mates en la plaza para conocer a la gente del barrio?"
Estos pequeños "¿Y si...?" no exigen nada, solo abren una puerta a la posibilidad. Son invitaciones a la acción sin presión.
La Onda Expansiva de lo Bueno 🌊💖
Acá viene la mejor parte. Cuando hacés algo, por más mínimo que sea, que suma y aporta, pasan dos cosas increíbles. Primero, te sentís genial. Es química pura, tu cerebro te recompensa por ser una persona proactiva y solidaria.
Y segundo, generás una onda expansiva. Tu buena acción inspira, contagia, da el ejemplo. Quizás ese vecino al que le arreglaste la vereda, mañana ayuda a otro. Tu idea de limpiar la orilla del arroyo termina con diez personas más sumándose la próxima vez. La buena onda es contagiosa.
Así que no se trata de cargar el mundo en tus hombros. Se trata de encender tu pequeña chispa. Porque un montón de chispitas juntas pueden iluminar la noche más oscura.
Animate a probar. Hoy. Con algo chiquito. El mundo necesita tu tipo de magia. ✨